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Estrés, esfuerzo y apoyo: al frente del cuidado infantil en los Estados Unidos
Imagine a una mamá soltera que despierta antes del amanecer, hace malabares para atender a sus hijos y se apresura para ir al trabajo, o a una familia con dos ingresos que se las arregla para asegurarse de que alguno de los padres esté siempre disponible para el cuidado de los niños. No existen historias aisladas, sino reflejos de una realidad más amplia que millones de familias enfrentan a diario: una realidad que nuestros legisladores deben reconocer y apoyar. Padres y madres de todo el país enfrentan desafíos al ejercer la paternidad, y estos se ven agravados por la falta de cuidado infantil accesible y costeable.
La paternidad/maternidad sin un cuidado infantil confiable puede resultar abrumadora. Muchos padres se encuentran constantemente equilibrando las responsabilidades laborales, las tareas domésticas y las necesidades siempre presentes de sus hijos. La lucha por encontrar y poder costear el cuidado infantil exacerba estos desafíos, lo que genera estrés, fatiga, y una sensación constante de incertidumbre.
Neaka Robinson, una madre de nuestra iniciativa de narración Sparking Change de South Carolina, compartió su experiencia sobre la búsqueda de cuidado infantil entre sus vecinos y la comunidad:
“Como madre soltera, ser capaz de trabajar, jugar y solo relajarme no siempre ha sido tan fácil como parece ahora. Solía preocuparme continuamente por temas como a dónde irían mis hijos y quién podría cuidarlos en mi ausencia. La idea de ser una carga para la familia o los amigos me pesaba mucho: ¿me juzgarían? ¿Pensarían que no puedo manejarlo sola? Esos sentimientos de orgullo y vergüenza con frecuencia chocaban dentro de mí. Pero tenía que trabajar. Tenía que mantener a mis hijos.
Después de una conversación sincera conmigo misma, hice algo que me daba miedo: pedí ayuda a los vecinos, a un compañero de trabajo o a alguien del parque que tuviera conocimientos y contactos. Dejé de lado mi orgullo porque, con un cuidado adecuado de los niños, podría centrarme en mi trabajo y en mi superación personal.”
Aunque las madres siempre han encontrado una manera de que las cosas funcionen para sus familias, debemos hacerlo mejor.
¿Hemos considerado las inmensas responsabilidades que pesan sobre los hombros de las madres que cuidan a sus hijos? ¿Y a qué costo? Las soluciones provisionales y la buena voluntad de los demás no son suficientes. Necesitamos financiación pública a largo plazo que garantice que todos los padres y madres tengan acceso a servicios de cuidado infantil confiables y costeables, liberándolos del estrés constante de la incertidumbre.
Por otro lado, la realidad para los educadores de la primera infancia es igualmente desafiante.
A pesar de desempeñar un papel crucial en la formación de las mentes jóvenes y el apoyo a las familias, se enfrentan a sus propios obstáculos desalentadores. A menudo mal pagados y con exceso de trabajo, estos profesionales muestran una dedicación inquebrantable a pesar de los recursos limitados y el poco reconocimiento.
Patty Alma Ortiz, proveedora de cuidado infantil, madre, y nuestra narradora de Nuevo México, compartió su perspectiva:
“Como propietaria y maestra de un centro de cuidado infantil en el hogar, comprendo el papel fundamental que estos espacios desempeñan en nuestra comunidad. Más allá de simplemente cuidar niños, ofrecemos un refugio seguro donde los niños aprenden a través del juego, desarrollan habilidades lingüísticas y construyen comportamientos sociales esenciales. Nuestro entorno estructurado los prepara para los rigores de la educación formal, fomentando rutinas que son cruciales para su desarrollo.
“Sin embargo, administrar un centro de cuidado infantil no está exento de desafíos. Los recursos limitados y las restricciones financieras dificultan brindar la calidad de atención a la que aspiramos. Sin embargo, nuestra dedicación sigue siendo inquebrantable. Nos aseguramos de que todos los niños a nuestro cuidado estén seguros, bien atendidos y tengan la oportunidad de prosperar”.
El cuidado infantil accesible y asequible es una necesidad urgente. En marzo de 2021, la Ley del Plan del Rescate Estadounidense (ARPA, por sus siglas en inglés) destinó fondos para el cuidado infantil, incluidos $24 billones para subvenciones de estabilización y $15 billones en fondos flexibles para el cuidado infantil para que los estados los utilizaran para las necesidades más importantes. Este financiamiento suplementario se utilizó para aliviar la carga financiera de las familias, crear opciones de cuidado infantil en áreas desatendidas, y ofrecer seguro médico y beneficios de desarrollo profesional para los educadores de la primera infancia. Sin embargo, las subvenciones de estabilización expiraron el año pasado perjudicando a las familias, los educadores de la primera infancia y los proveedores de cuidado infantil, quienes en algunos casos han tenido que incrementar los precios o cerrar sus puertas por completo debido a la falta de fondos. Se espera que esta crisis empeore una vez que expire el último financiamiento de emergencia el 30 de septiembre de este año. Necesitamos la voluntad política para garantizar que todas las familias y los educadores de la primera infancia puedan prosperar. Para madres como Neaka y proveedores de cuidado infantil como Patty Alma, es urgente y hace mucho tiempo que el Congreso debería haber aprobado fondos de emergencia para llenar los vacíos que dejaron los montos de apoyo de ARPA, que ya no están vigentes, y hacer inversiones federales sólidas y a largo plazo en el cuidado infantil.